Esta semana
corrimos a la sala de urgencias del hospital más cercano para llevar a mi mamá
quien tiene 86 años de edad. A media comida familiar pasó de estar perfecta a
tener la temperatura muy baja y fuertes escalofríos que fueron en aumento y la
hacían temblar incontrolablemente.
Durante
mi estancia en el hospital constantemente vino a mi mente el libro “When breath becomes air” que me dejó una
huella permanente. “Es el
libro más honesto que he leído” dijo Bill Gates en alguna ocasión.
Despertó mi curiosidad la palabra “honesto”
y lo devoré en dos días.
Todos
los estudiantes de medicina y doctores deberían leer este libro, Cuando la respiración se convierte en
aire, es uno de los mejores libros de 2016 de acuerdo con
importantes medios de Estados Unidos. Paul Kalanithi es un neurocirujano y
neurocientífico que enfundado en su bata blanca se sentía poderoso y sabio
salvando la vida de sus pacientes.
Pero
un día cambió su papel, vulnerable y débil en su bata azul desechable de
paciente tuvo que luchar por su propia vida, a los 36 años a Paul le
diagnosticaron cáncer de pulmón con metástasis en etapa 4, el futuro para el
que tanto se había preparado, por el que se había desvelado y obsesionado en un
afán de perfección se esfumó en un instante.
¿Qué
me acerca a conocer al ser humano más a fondo y de cara a la muerte? se
cuestionaba, por esa pregunta se debatió entre estudiar entre literatura
inglesa o medicina, estudió las 2 carreras. Además de biología humana en la
Universidad de Stanford California y una maestría en historia y filosofía de la
ciencia en Cambridge.
El
libro es hermoso por la perfección de su prosa, por lo humano y ciertamente
honesto que es, pero sobre todo por las reflexiones que ofrece acerca de lo que
es ser un médico, y lo diferente que se vive ser paciente. “Como doctor tienes una sensación de lo
que es estar enfermo, pero es hasta que tú mismo atraviesas la enfermedad que
en realidad lo sabes, es como enamorarte o tener un hijo”, comenta
el autor.
La
pasión por vivir, aprender, ser profesional, ser el mejor médico con sus
pacientes, es lo que hace a este libro impactante e inspirador, pero también la
dignidad y la sabiduría con la que enfrenta su muerte, con una pequeña de 8
meses y una oferta de trabajo soñada a sus pies.
“El deber de un médico no es alejar a la muerte o regresar a sus pacientes a sus vidas anteriores, sino tomar en sus brazos al paciente y a su familia cuyas vidas se han desintegrado para trabajar con ellos hasta que puedan sostenerse de nuevo y darle un nuevo sentido a su propia existencia”, comenta Paul.
Paul
murió a los 37 años, fue un gran médico que seguramente hubiera logrado grandes
éxitos pero que sin duda, trasciende a través del libro que nos lega.
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